Wednesday, January 20, 2010

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La tragedia toco una parte de mi isla, una tarde normal se convirtio en un antes y un despues para los hermanos haitianos, en un despertar para nosotros los dominicanos.
Increible observar como todo puede cambiar de golpe, como se pueden perder tantas vidas, como la naturaleza tiene poder de crear, pero aun mas arrollador poder de destruir.
He de confesar que las primeras horas ni tan siquiera imagine la magnitud de lo pasado, entre mi asombro y el flujo de informacion que intentaban explicar el rumbo de los acontecimientos. Un temblor habia asotado Puerto Principe, Haiti. Un temblor que sobrepasa cualquier escala antes dada en nuestro territorio. Un temblor que a su paso destruyo una ciudad, un pueblo, que destruyo lo poco que tenian, lo poco que en estos momentos al verse sin nada pareceria mucho...
Imagenes de destruccion invadieron nuestros televisores, era imposible no mostrarse vulnerable e impotente ante el clima de desolacion. El hecho de no saber a donde ir, a quien acudir, que hacer... El Palacio de gobierno, el simbolo de solidez, de identidad vuelto escombros, las casas destruidas, las calles cementerios entre los vivos... Dios mio si yo me olvido de ti, tu no te olvides de mi, porque muchas veces se me es dificil recordar que tus caminos son misteriosos pero siempre muy acertados, que tus designios deben ser afrontados nunca juzgados...
Conforme pasan los dias dentro de su precariedad y situacion una brechita de normalidad se asoma... Pasan las hora y con estas los deseos de ver aquellas caras, de escuchar aquellas voces o tan siquiera obtener una respuesta.
Soy de las que piensa que los haitianos son personas humildes, amables, sumamente educadas que han tenido que vivir bajo la sombra del rechazo y el prejuicio.
Cuantas cosas han tenido que pasar para que la comunidad internacional se apiade de sus clamores y necesidades. Cuanto se tuvo que perder para que se entienda la crisis de institucionalidad, cuantos ninos han tenido que fallecer, que sufrir para que reflexionemos en lo mucho que tenemos y lo poco que agradecemos...